viajar cerca
«Las cosas hay que verlas mucho y de manera muy distinta para conocerlas, para ver lo que son de verdad dentro de todas ellas. Cuando viajas en avión o por autovías rápidas, te trasladan como bártulos de mudanza, sin ver, sin conocer y sin sentir el camino. Sin la necesaria aproximación y aclimatación del cuerpo, los sentidos y el intelecto. Es lo único bueno que aún tienen los trenes lentos de Castilla.
El viajar para conocer procura un placer autosuficiente e independiente y aunque es más difícil de empaquetar y comunicar, su placer es infinitamente mayor que el viajar para ver u holgar. Las mejores obras de la literatura española son crónicas de un viajar cercano. Vivimos en una tierra inmensamente rica y variada. Somos afortunados y buscamos lejos lo que aquí tenemos. A fuerza de globalización y de viajar y mirar lejos, nuestros pueblos, nuestra cultura y nuestras tradiciones se han convertido en lo verdaderamente lejano y exótico. Y, sin embargo, no lo vemos.»