e-ducación
«Hace ya casi un siglo, Paul Valéry se preguntaba si la máquina no alteraría las virtudes humanas que obligaban al uso del vigor, la habilidad, la atención y la constancia; y agregaba: “¿Qué será de nuestros hijos? ¿Qué harán? ¿Cuáles serán sus trabajos, sus fuentes, sus relaciones con la materia y con la energía?”. Es muy probable que Valéry se horrorizase si pudiese contemplar nuestros cibernéticos tiempos y aquello en lo que se han convertido nuestros hijos; y es que para el gran poeta francés el propósito de educar no era la forja de seres utilitarios, sino excitar una sensibilidad que vibrase ante la contemplación de la belleza. […]